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Revisando literatura psiquiátrica, páginas médicas en la red y sitios especializados sobre el insomnio crónico y sus causas, encontré que las que se consignan más frecuentemente son: síndrome ansioso-depresivo, algunas condiciones que pueden incluir la enfermedad de Parkinson, el síndrome de piernas inquietas, enfermedad renal, la artritis, insuficiencia cardíaca, asma, apnea del sueño, y el hipertiroidismo. Factores de comportamiento tales como estrés crónico y el uso de la cafeína y el alcohol también.
Pero casi ninguna investigación habla de insomnio y soledad.
La Academia Americana de Medicina para el Sueño ha revelado recientemente que la percepción de soledad afecta profundamente la calidad del sueño. En diversos estudios realizados en comunidades tan disímbolas como universidades o ambientes rurales, se encontró una correlación entre insomnio y soledad.
Al aplicar cuestionarios , aquellos que calificaban alto en percepción de soledad, veían notablemente afectados sus patrones de sueño, particularmente interrupción del sueño a medianoche.
Estas personas despiertan en la mitad de la noche muchas más veces y en forma crónica (3 meses o más) que quienes no tienes altos niveles en su percepción de soledad.
La percepción de soledad surge de una discrepancia entre los deseos de compañía que siente una persona y las relaciones afectivo-sociales que tiene.
Sabemos de los efectos nocivos del mal dormir: negativismo, poca energía, arrugas, ojeras, irritabilidad, poco interés sexual, etc.
Estos estudios enfatizan que la salud física se ve afectada más allá de nuestra voluntad cuando nos percibimos solos. Esta sensación aparece en situaciones puntuales: después de una separación o divorcio, cuando la pareja o alguien de la familia ha muerto, cuando el último hijo o un hermano con quien se compartía la habitación se va de la casa, cuando uno de los miembros de la pareja se va de viaje y se siente solo en un cuarto de hotel y en algunos estilos de envejecimiento marcados por la soledad.
Como explicación, los clásicos hablarían de núcleos inconscientes de abandono que se activan en estas circunstancias en las que vivimos el dormir solos como algo triste que no nos permite relajarnos y descansar. Como si un peligro nos acechara y no hubiera nadie que nos pudiera salvar en caso de necesitarlo, siendo incapaces de consolidar una sensación de seguridad y de no sentirse aislado sino acompañado desde dentro pero también por el entorno social.
También podría hablarse de patrones defectuosos de apego. De fisuras en el apego infantil que vuelven al adulto inseguro sobre si quienes le aman están verdaderamente de su lado y dispuestos a ayudarle en la adversidad. Dormir solo después de haber dormido acompañado puede ser para algunos un respiro, un descanso, pero en general, se vive con dolor y con sensación de pérdida.
También y desde la teoría de relaciones de objeto, podríamos hablar de una deficiente internalización de objetos de amor que contengan desde adentro los temores y las inseguridades. Quien se despierta a media noche por saberse solo y sufrir esta soledad se vuelve casi un bebé que llora pidiendo la presencia de su madre para tranquilizarse. El insomnio se asocia con muchas veces con ansiedad y depresión, pero también podríamos afirmar que tiene que ver con una lastimadura vincular que incapacita al yo para la autocontención, el autoconsuelo y el autoacompañamiento.
Aunque quizá pensamos sobre todo en los ancianos, en los divorciados, en los que han elegido vivir solos, en quienes cambian de país, en quienes por una beca de maestría o doctorado dejan su casa, a su familia o a su pareja persiguiendo un sueño académico, podríamos pensar también en cualquiera que haya sufrido esos despertares misteriosos en la mitad de la noche.
Siempre nos estamos diciendo cosas con el cuerpo. Algo nos decimos con nuestro mal dormir. El camino fácil es tomarse una pastillita tranquilizante. El camino largo pero quizá solución estructural, es analizar porqué nos sentimos tan solos, tan vulnerables, tan poco importantes para los que nos quieren y quizá utilizar medios como la terapia, la meditación, la escritura, para ir encontrando pistas que nos dejen entender porqué despertamos sin razón a la mitad de la noche. Porqué llevamos meses durmiendo máximo 4 horas. Porqué estamos preocupados, angustiados, intranquilos, a quién extrañamos, qué hemos perdido, y qué quisiéramos recuperar.
Siempre tan interesantes tus temas. Tengo una relación con una chica de 25 años y yo tengo 46, sabes si uno puede hacerle un daño psicológico? A pesar de darle un buen trato
Me parece, en principio, que son demasiados años de diferencia y que están en momentos de la vida muy distintos, que quizá en algún momento, generen algunas crisis. sin embargo, en asuntos humanos, nunca hay reglas inmutables. solo hablo de lo que he visto. esa diferencia de edad tan marcada, suele ser un problema importante, una brecha generacional y biológica a la vuelta del tiempo.