SECTAS

 

SECTAS

Una secta es cualquier grupo, religioso o no,  que utilice técnicas de control psicológico para suprimir la personalidad, inhibir el juicio crítico y la libertad de decisión.

Las sectas han funcionando a lo largo de la historia porque ofrecen a las personas la esperanza de aliviar sus sufrimientos, de resolver todos sus problemas, a cambio de que entreguen el control de su vida. Después de un divorcio, en medio de una etapa de desempleo crónico, en estados depresivos, en épocas de desolación, la gente es más vulnerable a ser reclutada por una secta, cuya oferta mesiánica puede ser muy atractiva, aunque las personas desconocen las consecuencias psicológicas y morales: La destrucción del yo, la dependencia absoluta al grupo, la transformación de un ser libre en un esclavo de las ideas y de los dogmas de alguien más.

El tema de las sectas tomó relevancia estos días, por una investigación publicada por el New York Times, en la que se revelo que dentro del grupo llamado NXIVM, fundado por Keith Raniere en Albany, Nueva York, se realizaban prácticas de humillación y esclavitud sexual de mujeres pertenecientes a la secta, que contaron su experiencia después de separarse. El frente blanco de la secta, llamado ESP (Executive Success Program), que ofrece programas de éxito ejecutivo, tiene filiales en Canadá y México. En nuestro país, Emiliano Salinas Occelli, hijo del ex presidente, es miembro del consejo consultivo y copropietario. Hace unos días publicó una carta deslindándose de las actividades de esclavitud sexual promovidas por su gurú espiritual, pero en ningún momento tuvo la valentía de condenar la conducta de Raniere, a quien ha defendido públicamente en más de una ocasión, describiéndolo como un hombre bondadoso y brillante, a veces injustamente difamado. Salinas Occelli no se atrevió a decir que Raniere debe ser investigado y encarcelado si se prueba su culpabilidad. Es imposible seguir perteneciendo a un grupo sin ser cómplice de las acusaciones por omisión o por encubrimiento. Igual que el caso de los legionarios de Cristo, que dijeron desconocer las atrocidades cometidas por el “padre fundador” y que quisieron pasar la página, volviéndose cómplices de un criminal.

Uno de los rasgos de los miembros de las sectas, es que ya no piensan de manera autónoma y son incapaces de criticar los preceptos de los fundadores, a quienes ven como iluminados y como sus líderes espirituales.

 

Hay muchas otras sectas en nuestro país, operando con fachadas bonitas de coaching o grupos de autoayuda. Las religiosas cometen las mismas barbaridades con sus miembros: o estás con nosotros o contra nosotros.

Las sectas son iniciáticas, estructuradas en niveles. Clandestinas, basadas en contratos de silencio. Supremacistas, porque sus miembros se ven a si mismos como elegidos. El fanatismo es la única forma de comprometerse en una secta, la vida es una porquería sin ella y solo dentro de ella hay salvación y abundancia.

 

Las técnicas de manipulación de las sectas son humillar, regañar, detectar las carencias emocionales y debilidades psicológicas, aislar a las víctimas de sus familiares y amigos. Todos los que no están en la secta, son inferiores, diabólicos, parásitos, infieles, mafiosos. Igual que el Ejército Islámico o los populismos en política. Los gurús o líderes de las sectas tienen personalidades megalomaniacas y pueden incluso presentar delirios psicóticos de tipo mesiánico: creen ser el elegido, el buda, el renacido, Dios.

Cualquiera que se proponga a sí mismo como el único camino para la salvación, el bienestar o el crecimiento humano, debería tener toda nuestra desconfianza. No existen cursos mágicos, ni caminos milagrosos ni atajos que nos permitan salir de las dificultades, del sufrimiento, de la depresión o de una etapa de desempleo o fracaso. Siempre es necesario el trabajo arduo y constante, basado en la libertad para elegir el camino que sea congruente con nuestra identidad, valores y creencias.

 

 

 

 

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